miércoles, 20 de marzo de 2013

Reflexionando desde esa terrible cosa llamada "Prueba" 

*Advertencia: todo lo que leerá a continuación salió bastante dramático y con toques de exageración. Claro está, la Garza Blanca será elegante, pero es garza al fin y al cabo, se debe a su género femenino y se hace cargo de su estigma de dramática.

"¡Profe!, ¿y va a hacer prueba?... Noooo po no ve que en música siempre nos ponían nota por tocar y ya". Si bien sé que a mis alumnos les "saca la piedra" cada vez que le salgo con que en música claro que van a haber pruebas, debo decir que más me la saca a mi tener que enfrentarme constantemente a el estigma que pesa sobre ellas. De pronto, mis alumnos van felices por la vida, saltando de nube en nube, charlando con conejitos y ve tu a saber con cada clase de pajarito multicolor y unicornio alado que habita en sus mundos. Claro, eso sólo es hasta que les nombran "Prueba sobre X cosa" y toda la vida como que se les viene encima y el ataque de colon, los nervios o la cara de "¿y para qué si íbamos tan bien y no nos portamos tan mal?" junto a un par de reacciones variadas que sólo con nombrar ocuparían dos o tres entradas.

Es que al parecer, según recuerdo, así nos enseñaron que debía ser. Ante la prueba hay que aterrarse o entrar en pánico, ponerse muy nervioso por que es "pruebaaaa", "nos examinaráaaan", "Será el horror de horrores". Entonces se vuelve todo dramático, pesado y si no obtengo sobre 6.0 o el tan anhelado 7.0 (nota máxima de calificación en el sistema escolar chileno) entonces soy "el mal estudiante", "el porro de la clase", "el queso de la familia". Nadie nos dijo que una prueba es un simple paso más y que definitivamente no define toda tu vida. "Pero Garza Blanca, claro que una prueba puede definir si ingresas o no a tal universidad" Si si, estamos de acuerdo, pero definitivamente no puedes basar toda tu vida según esa pequeña vivencia llamada prueba. Si al fin y al cabo, una prueba no es más que un instrumento para evaluar qué cosas he aprendido, de qué forma lo he aprendido, y que tan profundo lo he aprendido (jamás dirá si soy buena persona o no). 

El bendito numerito en el que traducen mi evaluación es el causal del complejo del alumno bajo el promedio. ¿Y cuál es el terror de darte cuenta que no sabes algo ni tan profundamente ni tan certeramente como los demás? ¿No debiera simplemente servir para decir que debo poner atención sobre tal o cual cosa pues al parecer no la he asimilado ni adquirido y por tanto no la sé ocupar? Pero no significa en ningún caso que hasta ahí llegó el mambo.

Lo peor de todo es que, sin querer y de forma muy inconsciente, nosotros mismos promovemos el terror y enseñamos que las pruebas privilegiarán a los dignos del Olimpo y castigarán con las penas del infierno al pobre alumno que no logró demostrar que quizá sabe bastante más de lo que el papel le preguntó.

¿Llegará el día dónde asimilemos que las pruebas no debiesen ser terribles ni sus resultados debiesen cargarse cual cruz o señal sobre la frente?, ¿Lograré al menos traspasarle a mis alumnos que si realmente atendieron, tomaron apuntes, además ejercitaron y dedicaron tiempo suficiente para resolver dudas e inquietudes, la prueba pasa a ser un paso más donde dar evidencia de todo lo anterior y que aún así, sacarse una nota promedio o por debajo no significa que es tonto o que no sabe así que no vale la pena el stress extra? Discúlpeme usted estimado/a lector/a, es que siento que es hora que en Música, en el Colegio y en la vida dejemos de cargar pesos que a la verdad ni siquiera debiesen serlos. La "prueba" se ha llevado por años los calificativos más negativos que recuerdo, se ha llenado de temores y de características que en sí, no tiene. 

Lo que es yo hace rato me comprometí primeramente conmigo misma a tratar de ser tan pesimista y dejar de asociar a las pruebas de la vida todo lo desastroso  caótico/negativo o sinónimo de fracaso.Es más, decidí asumir con el pico en alto y las plumas al aire que hay cosas que jamás podré hacer como los demás y que no por ello la calificación que me ponga un ente exterior determinará quién soy ni a donde diantres mi vida se dirige. Aún con mi relación personal con Dios /papa, he determinado transformar todo rastro de negatividad cada vez que una prueba o desafío él permita que me aparezca en la vida. Decidí entender que es mi papá, y que desea lo mejor para mi y que su amor, es el amor más perfecto (Él es amor). He optado por vivir mis pruebas a diario con la flexibilidad de errar y no deprimirme, sino levantar el vuelo, tomar nuevas fuerzas y volverlo a intentar, dar mi mejor esfuerzo, sin compararme con la Garza más
próximo ni con ninguna otra.

No me queda más que mantener en alto el perfil romántico/ideologista y tratar de cambiar al menos, desde mi mundo la carga persistente sobre el concepto.

La Garza Blanca

(Si llegaste hasta el final, WOW, te agradezco!¡cuanto aguantaste leer!)

2 comentarios:

  1. Cierto!! Creo que el terror real viene al darnos cuenta que no nos hemos preparado como podríamos o debíamos. Lo "bueno" es que siempre hay otra oportunidad/prueba

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  2. Sip! es verdad, el terror viene cuando no me preparé, pero de todas formas, el terror, no debiese ser tal no? Digo, el resultado no es muy sorpresivo si yo no me preparé. Como dicen por ahí :"Si hay algo que puedo hacer al respecto, no tengo que preocuparme, y si ya no hay nada que hacer al respecto, es pérdida de energía preocuparse. El asunto es Ocuparse" :3

    Gracias por tu comentario Consu!!!!!

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